Raro, raro, raro
- marzo 18, 2015
- curiosidades
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¡Hola a todos! Hoy os traemos 8 de las rarezas naturales más impresionantes del mundo. Lugares increíbles creados por fenómenos climatológicos o, accidentalmente, por la intervención del ser humano, que os dejarán flipados y con muchísimas ganas de verlos en persona. Lástima que no se encuentran precisamente cerca… pero bueno ¿quién sabe? Quizá algún día tengamos la suerte de presenciarlos. ¡Feliz miércoles a todos!
Geiser Fly
En la pequeña ciudad de Gerlach, al norte de Reno, se encuentra una de las maravillas más impactantes de la naturaleza y uno de los lugares más fantásticos del estado de Nevada, el insólito “Geiser Fly“. El géiser no es un fenómeno completamente natural, y fue creado por accidente en 1916 durante la perforación de un pozo.
Pozo de Darvaza
El Pozo de Darvaza o cráter de Darvaza, también conocido como la puerta del infierno, es una antigua prospección de gas ubicada en el gran desierto de Karakum cerca de la pequeña aldea de Darvaza, en Turkmenistán.
Este enorme agujero de 60 metros de diámetro y 20 de profundidad apareció en 1971 durante unas obras de prospección de gas de geólogos soviéticos, quienes vieron cómo su equipo y sus tiendas eran tragados por la tierra. En realidad habían descubierto una cueva subterránea llena de gas natural, como comprobaron después de prenderle fuego. Desde entonces arde sin pausa y brinda un sobrecogedor espectáculo. Aún no se sabe cuando se apagará.
Morning Glory
Cada primavera, la aparición en Australia de la Morning Glory, una nube tubular que parece una muralla de más de mil kilómetros de largo, convoca a un gran número de científicos y de aeronavegantes, atraídos por la posibilidad de presenciar de cerca un espectáculo único en el mundo y tratar de resolver el misterio de su origen.
La Morning Glory es una nube de forma tubular que se forma durante la primavera en la zona del golfo de Carpentaria, en el norte de Australia. Normalmente alcanza entre 1 a 2 kilómetros de altura, una extensión de mil kilómetros y una velocidad de desplazamiento de unos 60 kilómetros por hora. En la parte frontal de la nube, un fuerte movimiento vertical de aire crea un efecto rodante, en tanto que en el sector posterior el aire se vuelve turbulento.
Remolinos de fuego
Un remolino de fuego, también conocido como tornado de fuego o fire whirl es un fenómeno raro en el cual el fuego, bajo ciertas condiciones atmosféricas, dependiendo de la temperatura del aire y las corrientes, adquiere la forma de un embudo, en una columna de aire en rotación orientada verticalmente.
Pueden llegar a tener desde 10 hasta 60 metros de altura y hasta 3 metros de ancho, pero sólo duran unos pocos minutos, aunque algunos pueden durar más tiempo si el viento es fuerte.
Olas bioluminiscentes
Este maravilloso efecto visual son las olas bioluminiscentes u olas de neón y son el producto de la actividad de millones de organismos microscópicos que poseen la capacidad de brillar en según qué circunstancias. Los bichitos en cuestión son los Lingulodinium polyedrum, o dinoflagelados que brillan como luciérnagas cuando son perturbados. Por este motivo, solo brillan cuando son arrastrados en las crestas de las olas o cuando éstas rompen en la playa.
El cañón del Antílope
Esta formación geológica se ha ido horadando debido al paso de corrientes de agua durante miles de años, y sus paredes llegan a alcanzar los 40 metros de altura en algunos puntos.
Las Columnas del Canal de Lemaire (Arquitectura natural )
Este canal se convierte en un arquitecto natural gracias a sus corrientes que van cincelando el hielo dándole formas tan asombrosas como las de la foto.
El proceso es tan interesante como único. Los enormes fragmentos de glaciar que quedan “atrapados” en este canal son lentamente desintegrados por el incesable accionar de las corrientes. No obstante, las singulares formas adquiridas se dan porque el proceso tiene una matemática uniforme tras de sí. Según el oceanógrafo polar Mark Brandon, esto ocurre ya que el agua profunda, al estar más caliente que la hallada en la superficie, derrite el hielo a un ritmo más acelerado. Esta pérdida de masa lleva a que lentamente el fragmento de glaciar vaya saliendo uniformemente a flote, exponiendo de esta manera sus partes más altas a la superficie, donde el aire frío se encarga de mantener la forma de las mismas. Combinado con los cambios concéntricos de las corrientes del canal, se forman así los arcos y columnas uniformes que son generalmente avistadas con enorme asombro por los intrépidos viajeros que se animan a llegar hasta esta maravilla de la naturaleza
La Cascada de Sangre
Entre las numerosas maravillas naturales presentes en la Antártida, se destaca la Cascada de Sangre, una fuente de agua salada y de un intenso color rojizo que emana ocasionalmente del glaciar Taylor, y que tiene todo el aspecto de una herida abierta en pleno corazón del Continente de Hielo.
Desde la década de 1960, los científicos saben que el color rojo que tiñe a la Cascada de Sangre proviene de la acumulación de óxido de hierro en las sales del glaciar, pero durante muchos años no se pudo determinar su procedencia. La teoría más plausible estima que hace varios millones de años, el Valle de Taylor fue inundado por el Mar de Ross, como un fiordo. El clima cambió y el mar se retiró, dejando el valle ocupado por un gran lago salado. Con el avance del Glaciar Taylor, los depósitos de sal acumulados durante millones de años bajo 400 metros de hielo, llegaron finalmente hasta el borde del glaciar y comenzaron a ser expulsados, tomando el color rojizo característico de las manchas de óxido al mezclarse con el oxígeno del exterior.